Los nuevos hábitos de compra derivados de los profundos cambios que está viviendo la sociedad occidental en los últimos años, han transformado la manera en la que el consumidor se relaciona con las diferentes industrias. En este sentido, la logística, intralogística y el packaging se han convertido en actores fundamentales en las cadenas de valor, ya que contribuyen de una manera significativa a incrementar la competitividad de los negocios y a conseguir los objetivos de desarrollo sostenible establecidos a nivel europeo.
Entre todos los sectores, el que más ha apoyado al establecimiento de envases y embalajes más sostenibles, que eliminan el nuevo plástico y dan prioridad a la circularidad de los materiales, es la industria alimentaria. Ejemplo de ello son los estudios de mercado, que revelan que el segmento que más innova en packaging, según más de la mitad de los directivos de gran consumo (52,7%), es la alimentación fresca. En cuanto a la logística, y de acuerdo con cifras del Ministerio de Hacienda y Función Pública, representa un 10% del PIB español y se espera que este 2023 crezca un 25%. Por ello, el conjunto del ‘food industry’ también configura un tejido empresarial que forma parte de la gran demanda de tecnologías y herramientas relacionadas con la distribución.