Innovación y responsabilidad ambiental en el packaging alimentario

Cada día vemos cómo aumenta la conciencia ambiental de los ciudadanos hasta haber alcanzado niveles sin precedentes. Los consumidores están cada vez más preocupados por el impacto que sus elecciones tienen en el medio ambiente, y los gobiernos y administraciones públicas no cesan en su búsqueda de fórmulas que reduzcan el desperdicio y mejoren la perspectiva de un futuro sostenible.

En este contexto, la industria alimentaria ha centrado su atención en la búsqueda de soluciones sostenibles para reducir la huella ecológica de sus productos, y los envases no son la excepción.

La seguridad alimentaria es una prioridad indiscutible, y cualquier innovación en envases debe cumplir con las normativas establecidas para garantizar la integridad de los productos. En este sentido, debemos tener en cuenta distintas normativas y legislaciones referentes al contacto de materiales con alimentos.

Así pues el Reglamento (CE) Nº 1935/2004 establece un marco jurídico armonizado para la UE. Este reglamento establece los principios generales de seguridad e inercia para todos los materiales de contacto alimentario. Una de las medidas específicas a tener en cuenta es el Reglamento (UE) 10/2011, que establece los requisitos para los materiales y objetos plásticos destinados a entrar en contacto con alimentos, incluyendo los plásticos reciclados.

Pero estas no son las únicas normativas a tener en cuenta. Hemos de fijarnos también en las normas BRC Global Packaging, la norma IFS PACSecure o los protocolos FSSC, sin olvidarnos de los reglamentos REACH y CLP.

Es crucial que los envases sostenibles cumplan con estos estándares para asegurar la calidad y la seguridad de los productos alimentarios. Si necesitas más información, no dudes en consultar la oferta formativa de nuestro Supporting Partner, el Centro Español de Plásticos.

El plástico convencional ha sido objeto de críticas debido a su impacto ambiental duradero. En respuesta a esto, la industria se ha volcado hacia materiales reciclados, con predominio especial del rPET en lo que a packaging se refiere. No obstante cada vez más se está trabajando para que otros polímeros reciclados cumplan con las especificaciones alimentarias y se está trabajando en la investigación y obtención de materiales alternativos y biodegradables. El uso de bioplásticos, derivados de fuentes renovables como almidón de maíz o caña de azúcar, está en aumento.

Estos materiales ofrecen una alternativa prometedora al plástico tradicional, reduciendo la dependencia de los recursos no renovables y disminuyendo la huella de carbono.

Las nuevas tendencias de diseño de envases se centran en la simplicidad y la funcionalidad. Reducir el exceso de embalaje no solo disminuye el impacto ambiental, sino que también mejora la experiencia del consumidor. Envases minimalistas y reutilizables están en alza, promoviendo la idea de “cero residuos”. Además, el diseño innovador busca maximizar la eficiencia en la producción y el transporte, contribuyendo así a una cadena de suministro más sostenible.

Una cuestión a tener en cuenta en lo que a reciclabilidad se refiere, es el hecho de que los materiales monocapa y/o monomateriales facilitan el reciclado de estos productos, lo que hace que vemos también una tendencia de trabajar con ellos, siempre que sea posible.

Sin duda alguna el “ecodiseño” se está convirtiendo en el único diseño viable.

La incorporación de tecnologías inteligentes en los envases también está ganando terreno. Etiquetas inteligentes que proporcionan información sobre la frescura del producto, fechas de caducidad y condiciones de almacenamiento ayudan a reducir el desperdicio alimentario. Además, el rastreo de productos a lo largo de la cadena de suministro mediante tecnologías como la identificación por radiofrecuencia (RFID) garantiza la transparencia y la trazabilidad.

La industria de envases y embalajes para alimentos está experimentando una transformación hacia la sostenibilidad, impulsada por la demanda del consumidor y la necesidad de abordar los desafíos ambientales.

La combinación de materiales innovadores, cumplimiento normativo y diseño inteligente está allanando el camino hacia un futuro en el que el packaging sostenible no es una mera elección ética, sino también una necesidad imperativa para preservar nuestro planeta. Adoptar estas prácticas no solo beneficia al medio ambiente, sino que también proporciona a las empresas una ventaja competitiva al satisfacer las expectativas de los consumidores conscientes.